sábado, 4 de febrero de 2012

La ética como punto de encuentro. (guía 3)


Imaginemos una situación, no demasiado lejos de la realidad, un Estado laico no debe reconocer ninguna religión como oficial pero debe reconocer el derecho de las diferentes religiones y personas a expresarse.
Para que desde un punto de vista ético, este encuentro tenga buenos resultados, en primer lugar debe haber respeto. Es decir que la tolerancia se utilice como un principio individualista para que nadie se meta con nuestra vida. Pero para llegar a un encuentro hace falta tratar al otro en su propia dignidad, piense como piense, sea su conducta como sea. Se puede estar de acuerdo o no pero la dignidad del otro es inviolable. Es decir, que todas las personas de ese Estado puedan practicar su religión sin ningún inconveniente, sin que nadie se oponga a ello.
En segundo lugar, debe haber confianza. Tenemos una enorme capacidad para desconfiar del otro porque lo percibimos como distinto y como amenaza. La desconfianza es exactamente lo que mina todas las relaciones; la desconfianza en otra religión que no sea la nuestra, nos incita a rechazarla. En tercer lugar se sitúa la necesidad de encontrar una plataforma común que parte de la racionalidad, que busca lo universalmente humano y donde podemos encontrarnos a pesar de las diferencias, religiosas en este caso. Así podemos ver que todas las religiones tienen una base común de racionalidad y humanidad, que todas se basan en una idea de bien y respeto hacia todo el mundo. Por último es necesaria una voluntad explícita de llegar a un consenso, máximo o mínimo. Esto requiere simultáneamente capacidad de colaboración entre todas las personas. Una relación de consenso se basa en la empatía, que significa la capacidad de situarse en el otro, de ver que igual que nosotros practicamos un religión otros practican otra. Sin esa capacidad no hay posibilidad de encuentro con el otro.
Pero es innegable que la ética del encuentro presenta muchas dificultades que surgen de los distintos modos de vivir y entenderla. Una primera dificultad es constituir la ética en sistemas cerrados, es decir, o se está de acuerdo con determinado pensamiento ético o no. Para que la ética pueda ser punto de encuentro es necesario que pase de ser un código cerrado a ser proceso y experiencia de humanización. Otra dificultad seria se produce cuando las causas se sitúan por encima de las personas. Se sacraliza un determinado proyecto político, ideológico o religioso que se sitúa por encima de las personas. Esto implica una dificultad grave para cualquier encuentro. Cuando las ideologías religiosas no asumen el pluralismo social ni los pluralismos de otras religiones supone otro obstáculo para la ética del encuentro.  Por último, cuando no hay ética, la ética está sustituida por el individualismo feroz o cuando la ética es confundida con el mínimo de los mínimos.

Lucía

1 comentario:

  1. Creo que es seria muy beneficioso para todos que eso que tu dices en el texto sea cierto, pero desgraciadamente no es eso lo que se puede ver hoy en día. La desconfianza hacia los demás cada día va en aumento. Además estamos muy influenciados por la televisión, es decir, las noticias sobre ataques , guerras, etc. no ayudan a este hecho, y aunque hay programación que a simple vista puede indicar lo contrario que todo podemos llevarnos bien, en el trasfondo hay una cierta disputa, y aunque no queramos y no nos demos cuenta, estamos demasiado influenciados.

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